El medidor de conductividad se centra en medir la capacidad de una solución para realizar una corriente eléctrica. Funciona aplicando un pequeño voltaje en dos electrodos en la solución y midiendo la corriente resultante. La conductividad es directamente proporcional a la concentración de iones disueltos en la solución. Esto lo hace invaluable para determinar la pureza del agua, a medida que las impurezas aumentan la conductividad. En la industria farmacéutica, garantiza la calidad del agua utilizada en la fabricación de medicamentos. En las centrales eléctricas, ayuda a monitorear la condición del agua de alimentación de la caldera. El medidor tiene un amplio rango de medición, capaz de manejar el agua pura de baja conductividad y las soluciones industriales de alta conductividad. Cuenta con tiempos de respuesta rápidos, proporcionando lecturas instantáneas para el control de procesos de tiempo real. Con una construcción resistente, puede soportar entornos químicos duros que se encuentran comúnmente en aplicaciones industriales.